Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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¡BIENVENIDOS!

El extraño vecino del quinto

Me volvían a despertar, una vez más, los ruidos de mi vecino. Detesto que me interrumpan la siesta y sobre todo, en el momento que estoy cogiendo el sueño. Jamás había visto a nadie salir de aquella casa, no obstante, estaba claro que alguien vivía en ella. 

Eran poco más de las 18:00 de la tarde, de modo que me levanté del sofá y sin más preámbulos me dirigí al cuarto de baño. Me tomé un buen baño para relajarme y espavilarme un poco. Tras prepararme, salí a la calle a darle un paseo a Laika. Me encanta pasear por las calles de mi ciudad, a decir verdad son muy hermosas, pero como siempre, mi vecino de arriba me venía a la cabeza. Me resulta muy extraño que hace aproximadamente 6 meses que vivo aquí y aún a día de hoy no me lo he encontrado por los rellanos ni tampoco lo he visto por la calle, sin embargo, siempre produce mucho ruido.

Al llegar acsa me puse a pensar en todos los ruidos que había oído durante los 6 meses que había vivido allí, como los paso, los llantos, los susurros... de modo que me armé de valor y decidí subir a casa de mi vecino. Una vez en el quinto piso, tuve miedo de lo que pudiese ocurrir una vez que tocase la puerta, pero era o tocar o quedarme con la duda para siempre, osea que, toqué. Esperé unos segundos, es decir, intenté tranquilizarme un poco, al mismo tiempo que miré a mi alrededor. Cuando me volví hacia la puerta pude comprobar que estaba entre abierta, me quedé un poco confundida, pero me decidí a entrar. Con un poco de miedo me recorrí toda la casa. Para mi sorpresa no había nadie, lo que me resultó inaudito, es decir, difícil de creer.

Después de estar par de minutos pensando en todo aquello, pude ver que había una pequeña nota sobre la mesa del salón, la cual decía:
"Odio los jueves, la gente está agotada y al mismo tiempo revolucionada, entiendo que mañana sea viernes, pero, ¿cuál es la diferencia? para mi todos los días son iguales, te levantas por la mañana y te vuelves a dormir por la noche, y así, un día tras otro. Tampoco entiendo mucho por qué hay que hacer la cama cada día, al fin y al cabo, es una forma absurda de gastar energías, la volverás a destrozar por la noche".

Solté la nota muy confundida, ¿qué significaba? tal vez era una simple reflexión, no obstante, demostraba que alguien vivía allí. Volví a coger la nota para leerla una vez más, pero sin saber cómo todo lo de antes ya no estaba, ahora solo decía:
"Mira más allá de lo que ves".
Dejé la nota, una vez más, y miré hacia la mecedora que había al lado de la mesa. Había una mujer, aproximadamente de 80 años, me miró y sonrió. Salí corriendo de allí y me fui a mi casa, estuve alrededor de 2 horas pensando en todo aquello, hasta que por fin, me quedé dormida.

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