El horrero es un animal que habita las frías tundras del norte de Siberia, por lo que su pelaje y fisonomía están adaptados a las duras condiciones del lugar. Además, posee una especie de exoesqueleto escoso bajo el pelo, que le confiere una gran protección frente a los ataques. Está dotado de poderosas garras y una boca llena de dientes finos y afilados como cuchillas, con los que descuartiza fácilmente a sus presas, generalmente pequeños mamíferos y, en ocasiones, renos y otros cuadrúpedos herbívoros. Sus ojos, similares a los de los felinos, le permiten ver muy bien en la oscuridad polar.
El horrero es un animal que defiende su territorio con fiereza. Asimismo, las crías son protegidas ferozmente por los padres, que se emparejan de por vida. La hembra da a luz una vez al año de una a dos crías, que nacen tras seis meses de gestación, en verano, y abandonan la familia a los dos años o se quedan para ayudar en la cría de nuevos retoños.
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