Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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¡BIENVENIDOS!

La última lágrima. Amanda Melián Santana

Todos sabían perfectamente como era, su carácter, sus manías, su temperamento, su forma de ser...conocían todo acerca de ella, pero, en realidad... no todo. 
Siempre la veían sonreír, reír, ella era la felicidad personificada, tan dulce, tan perfecta, tan delicada...
Ella, por otra parte, intentaba no decaer nunca, intentaba ayudar por todos los medios a los demás, lo daba todo por y para todos, aunque, como siempre, no recibía nada a cambio. La vida feliz, que aparentemente ella llevaba no era como todos creían, bien lo sabía, y esperaba seguir ocultándolo hasta el día de su muerte.
Las peleas sin fin, una guerra de titanes en la cual los protagonistas eran los gritos, la violencia, el estrés,..también formaban parte de su vida, su otra vida, la que nadie desearía ni a su peor enemigo. "Mi cara oculta..." se decía para si misma " y la que nadie verá...
"
Su única vía de escape era llorar, le tranquilizaba, le aliviaba, pero su manera de hacerlo era muy peculiar, ya que como les contaba a sus compañeros "Yo, prefiero llorar en la ducha, cuando cae el agua, se mezcla con las lágrimas y desaparecen por completo, así la situación no parece tan mala", pero ahora, ya no la aliviaba, ahora solo servía para pasar un mal rato.
Probó a gritar, romper sus peluches, como cual niña pequeña... mil cosas y ninguna servía, la angustia iba en aumento y su autoestima decayendo, era tan grande lo que guardaba, que si la gente supiera, se arrepentiría de muchas cosas. Cosas de las que se avergonzarían toda su vida, cosas, que si les pasaran a ellos no las aguantarían, cosas que nadie merece, ni el más arisco, malvado y rastrero...
Pasados los días, se volvía a encontrar en la misma situación. Encerrada, en su cuarto, las lágrimas no dejaban de rondar por su rostro, cayendo a su brazo...que estaba lleno de cortes. Cuando los veía sentía repulsión hacia si misma, una mezcla de todas las sensaciones, más desagradables del mundo.
Al lado de su mesilla, pudo ver algo que sobresalía de un libro, se acercó y lo abrió, era una carta. La abrió y en ese momento, fue cuando sus lágrimas, comenzaron a brotar con más fuerza. Esa, era la carta que le escribió su mejor amiga, hace cuatro meses, cuando se enteró de lo que ella hacía.

Al terminar de leerla, se limpió las lágrimas, apretó fuertemente la carta contra su pecho y gritó fuertemente " ¡La última, la última lágrima!, ¡Ya no más!"

Ahora todo iría bien, estaba segura de ello.

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