Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Justo encima de mí. Cristina Pareja Guerra

Como todos los verano eran las fiestas del pueblo. Decidí salir esa noche con todos mis amigos, y quedar en el mismo lugar de todos los años. A las doce de la noche estábamos todos en aquella fuente rodeada de césped, donde ya se podía escuchar la música y las voces de la gente. Nos saludamos y todos nos dirigimos a la verbena. Al llegar pudimos ver a toda la gente que no paraba de bailar, lo que hizo que algunos de nosotros nos animáramos a hacerlo; todo el mudo llevaba un vaso con bebida en la mano menos nosotros. Me decidí ir a la tienda de bebidas, y pedí un vaso de ese refresco de limón que tanto me gustaba ya que no iba a beber. Alce el vaso y le dí un gran sorbo para refrescarme debido al calor que daba tanta gente y tantas luces. Les pregunte que si íbamos al centro de la fiesta, y ellos dijeron que si. Cuando estaba apunto de llegar al centro, un hombre bastante borracho cayó justo encima de mí. Caí al suelo junto con él y lo agarré como pude, golpeándome con la cabeza en el suelo levemente. Cuando nos caímos, un hombre que estaba por esos alrededores y había visto lo sucedido comenzó a llamarle, mientras que mis amigos le llamaban y agarraban de los brazos intentando levantarle, el chico no se inmutaba y entonces llamó a la ambulancia. Intentábamos reanimarlo como podíamos, pero tampoco queríamos tocarle mucho por si podía empeorar puesto que no sabíamos lo que tenía. Al cabo de unos diez minutos desde lo lejos pudímos oír el sonido de la sirena, eso indicaba que la ambulancia ya estaba al caer. Dejaron aparcada ésta y bajaron con la camilla, lo levantaron con cuidado y lo colocaron sobre ésta con delicadeza, estaba bastante grave. Lo subieron a la ambulancia y se lo llevaron dirección al hospital, había tenido un coma etílico.

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