Una tarde cualquiera
Nunca se había sentido a gusto consigo misma, jamás se había querido, siempre mostraba una enorme sonrisa, aunque lo único que quería era estar sola, sentarse, respirar hondo y gritar, gritar y llorar, tan solo quería desahogarse.
Nunca le había gustado su vida, ni su familia, sí, les tenía cariño, mucho cariño, pero no se sentía bien, no se sentía aceptada, sentía que allí no le quedaba nada, que tenía que marcharse, salir corriendo, asi nadie volveria a saber más de ella.
Siempre había soñado con cambiar, armarse de valor para realizar ese cambio y hacerlo, poder llegar a ser ella misma, de una vez.
Cada vez que se envalentonaba para ello, había algo, un pensamiento, un presentimiento, una mala sensación, que siempre, una y otra vez hacía que se echara para atrás.
Ahora, sigue caminando, intentando poner en orden sus ideas, todo pensamiento que le abruma y todo aquello que esta por venir. Ni ella misma sabe que le va deparar esta decisión, tan repentina, tan radical, pero a la vez tan tranquilizadora.
No sabe como comenzar de cero, no sabe como seguir, piensa que necesita que la guíen, pero está equivocada, ahora ella es la dueña de su vida, puede tomar las decisiones como, donde y cuando quiera, y aunque no sabe lo que le depara el futuro, una cosa tiene muy clara, que ella es la dueña de su destino. Ella puede controlar, modelar y manejar a su manera.
Pero al margen de todo esto, también tiene otra cosa clara, y es que jamás pensaba que se sentiría tan bien al haber echo esto. No sabía ni cuando, ni como, ni por que lo había echo, por que tan solo era una tarde cualquiera, como todas las demás que había pasado encerrada en si misma y que por fin, habían acabado.
Nunca le había gustado su vida, ni su familia, sí, les tenía cariño, mucho cariño, pero no se sentía bien, no se sentía aceptada, sentía que allí no le quedaba nada, que tenía que marcharse, salir corriendo, asi nadie volveria a saber más de ella.
Siempre había soñado con cambiar, armarse de valor para realizar ese cambio y hacerlo, poder llegar a ser ella misma, de una vez.
Cada vez que se envalentonaba para ello, había algo, un pensamiento, un presentimiento, una mala sensación, que siempre, una y otra vez hacía que se echara para atrás.
Ahora, sigue caminando, intentando poner en orden sus ideas, todo pensamiento que le abruma y todo aquello que esta por venir. Ni ella misma sabe que le va deparar esta decisión, tan repentina, tan radical, pero a la vez tan tranquilizadora.
No sabe como comenzar de cero, no sabe como seguir, piensa que necesita que la guíen, pero está equivocada, ahora ella es la dueña de su vida, puede tomar las decisiones como, donde y cuando quiera, y aunque no sabe lo que le depara el futuro, una cosa tiene muy clara, que ella es la dueña de su destino. Ella puede controlar, modelar y manejar a su manera.
Pero al margen de todo esto, también tiene otra cosa clara, y es que jamás pensaba que se sentiría tan bien al haber echo esto. No sabía ni cuando, ni como, ni por que lo había echo, por que tan solo era una tarde cualquiera, como todas las demás que había pasado encerrada en si misma y que por fin, habían acabado.
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