Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Mouna Martínez Vega

-Una Tarde Cualquiera-

Una tarde cualquiera, en un lugar cualquiera, se sientan, en un banco cualquiera, dos extraños. Se llaman Ángelo y Khalia. Ambos vienen con sus perros, los cuales han hecho que se hayan sentado juntos. Los han soltado y han dejado que jueguen. Ella es muy tímida, él solo al principio, pero luego le sobran las palabras. Ella parece la cenicienta, rubia, de tez blanca, pero con unos enormes y avellanados ojos negros. Sus labios están pintados de color carmín y su sonrisa tímida es la más bella que Ángelo ha visto nunca. Es delgada y de estatura media. Viste elegantemente cómoda. Con unos vaqueros, una camisa con escote y ajustada, unos tacones, simulando playeras, rojos, al igual que su chaqueta. Ángelo tenía el pelo negro, piel morena, unos ojos pequeños de un verde intenso que enamoraba, como empezaba a ocurrirle a Khalia, una boca de un tamaño normal. Es lo menos que impresiona de todo su cuerpo. Es atlético, un poco marcado, pero sin pasarse. Era alto muy alto, debía medir 2'20. Llevaba una chaqueta de cuero negro, unos vaqueros, camisa roja fina y medio desteñida y unas All-Star negras.

Después de hacerse tal escaneado, viendo Ángelo que Khalia no empezaría la conversación, lo hizo él. Y cómo no, presentándose:

-Hola me llamo Ángelo.

--Hola…yo Khalia … ¿me puedes repetir tu nombre?

-Ángelo, se pronuncia como si llevara "ll", pero se escribe con "g".

-¿No vienes mucho por aquí no? Es la primera vez que te veo.

--Sí, es que me mude hace poco.

-Ah bueno…

Pasa un rato en el que miran a los perros y vuelven a hablar:

-Creo que se gustan.

--Eso mismo pienso yo.

-Quizás deberíamos venir más a menudo y a la misma hora para que se vean más.

--Me parece buena idea…

Así fue como dos extraños, en una tarde cualquiera, en un lugar cualquiera, comenzaron una vida que acabaría en algo más que sólo una amistad.

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