Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Justo encima de mi. Sara Prado de Sousa 4ºA

Tenía tan solo seis años y sus padres se separaron. Sus hermano y ella fueron a vivir con su madre, y poco a poco se disctanciaban más y más de su padre, excepto cuando se iban con él.Podían estar perfectamente dos años sin ver a su padre.Ni una llamada, ni un mensaje, nada. Con el tiempo, volvieron a ver a su padre, y este estaba con una mujer un tanto idiota. Sus hijos la odiaban y la odiarán toda su vida, ya que la muchacha no los trataba del todo bien o al menos con el respeto que debía. Los niños discutieron mil y una veces con el padre y su novia, ya que "esa" no hacia más que meterse con la madre de ellos e inventarse cosas para dejarla por lo suelos.Menos mal que sus hijos tenían claro que era todo mentira. Aparte de todo esto, lo que todo el mundo sabía menos el padre, era que la muchacha solo lo quería para sacarle dinero y tener todo lo que quisiera. Hizo que el padre se separase aún más de los hijos. Era una auténtica sinvergüenza.El padre, compraba a sus hijos con regalos cuando los veía, creyendo que así iba a conseguir el afecto de ellos; lo que no recordaba es que los niños pequeños se vuelven mayores. 
Un día de verano, la hija menor estaba tranquila en la casa de la madre jugando en el ordenador. De pronto , le suena el móvil , el cual le había regalado el padre por su trece cumpleaños, y era el mismo llamando.Qué extraño, ¿por fin se había preocupado por sus hijos?. Estaba claro que no. Llamo para anunciarle a su hija que se acababa de casar y que estaban llegando al banquete de la boda, y quería que sus hijos le felicitaran. Lo único que hizo la niña fue llorar y llamar a su madre tras colgar. Las únicas palabras que le salían eran: todo acaba de caer justo encima de mi. 

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