Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

"El Citopeco". Octavio Domínguez Estévez 4ºA

Pedro había terminado el graduado y estaba buscando trabajo porque no quería seguir estudiando, había repetido tantos cursos que al conseguir el graduado ya tenía la edad suficiente para trabajar. Él había hecho cursos de mecánica, peluquería  y electricidad, pero como estaban las cosas, encontrar trabajo era muy difícil. Presento su currículo en montón de puestos de trabajo pero no consiguió ninguno de ellos ya que había gente que tenían mejor currículo que el. Hasta que un día le admitieron a trabajar en una peluquería llamada "El Citopeco" pero no de peluquero, sino recogiendo los pelos del suelo, por lo que cobraba medio sueldo. Empezó a trabajar por las mañanas hasta el mediodía durante un tiempo. Pedro al cumplir los 19 años se independizo, todo le iba bien hasta que vio que lo que cobraba no era lo suficiente para llegar a fin de mes, por lo que tubo que buscarse otro trabajo aparte de trabajar en la peluquería  Citopeco. Encontró trabajo como camarero en un buen restaurante de la costa por lo que ya llegaba a fin de mes con los dos sueldos.

Como todas las mañanas Pedro se dirige al citopeco a trabajar, pero cuando llega allí, el dueño de la peluquería estaba discutiendo con el peluquero y cuando todo parecía que se había calmado, el peluquero cogió sus cosas y se fue. Había gente esperando a su hora de peluquería, pero no había ningún peluquero, entonces el dueño probó a Pedro haber si de verdad sabia pelar.

Pedro estuvo todo el día pelando, el dueño satisfecho de lo que Pedro había hecho le dio el trabajo de peluquero en "El Citopeco"

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