Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Justo encima de mí. Mª Del Pino Alemán Castellano (Gran Canaria)

El sábado por la mañana quedamos todos los compañeros de clase del instituto para salir de paseo con nuestras bicicletas, como siempre  hay alguno que no puede ir o que no lo dejan, por lo que hasta ese mismo día no sabíamos quienes íbamos a ir, ni la ruta que haríamos. Por lo que tuvimos que estar esperando hasta casi el mediodía un par de amigos y amigas delante del instituto para esperar a los demás, porque como no sabíamos si vendrían o no. Por lo que a las doce y media, decidimos salir y echar por el barranco de Guía, hacia Gáldar y terminar en Agaete, algunos no estaban conformes pero era la mejor ruta para seguir, por si nos encontrábamos a algún compañero por el camino.

Éramos cinco chicas y ocho chicos, estos preferían echar por el barranco, pero las chicas preferíamos echar por la carretera porque habían menos baches y por el barranco nos podríamos caer, ya que había una que no sabía montar muy bien, porque hacía poco que había aprendido a montar; pero los chicos seguían emburrados por echar por el barranco, por lo que nosotras al ser menos accedimos.

Cuando íbamos por la plaza de Guía nos encontramos a José, otro compañero de clase que se hubiera quedado dormido, e iba a buscarnos.  Entonces seguimos hacia el barranco; bueno este lo llevamos bien, sin tropiezos, ni nada; pero justo cuando íbamos por el puente de los tres ojos, Marisa derrapó y se cayó justo encima de mi; entonces todos pararon rápidamente después de un par de risas para ver que nos hubiera pasado. A Marisa aparentemente no le pasaba nada, pero a mi me tenía aplastada contra el piso, y ella de tanta risa que le hizo no se levantaba. Cuando se levantó se confirmó que no le había pasado nada, pero yo cuando me fui a subir en la bici no podía darle a los pedales de todo lo que me dolía el pie, ya que la bicicleta de Marisa me cayó justo encima del pie, entonces se lo dije a mis compañeros y me dijeron que descansara un poco a ver si se me pasaba, luego nos sentamos en las huertas del rey y nos comimos un pequeño tentempié que teníamos preparado para cuando llegáramos a Agaete, pero por ese pequeño percance tuvimos que comérnoslo antes. Cuando terminaron de comer Marisa me pregunto que como andaba, yo le dije que bien que ya se me hubiera pasado entonces cogimos las bicis y nos dispusimos en dirección a Agaete sin ningún otro percance, donde después iría a buscarnos una guagua.

Y así echamos un día en compañeros distinto a todos los demás, y con un par de risas también después de la caída de Marisa sobre mí.

Y el lunes cuando llegamos a clase, nuestro profesor de Lengua nos hizo hacer una redacción sobre alguna anécdota, y casi todos pusieron la del sábado.

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