Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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¡BIENVENIDOS!

Patricia Cabrera Moreno. No lo soñé.

                                No lo soñé.

No sé si será cierto o no, pero yo sigo creyendo que no lo soñé, ¿cómo puede ser un sueño tan real?, fue como la primera vez que lo vi, era él sin duda y no me cabe en la cabeza, ¿cómo después de tanto tiempo puede estar igual?, ¿cómo pueden salir de nuevo los sentimientos ya guardados a fuera con nada más verlo?... Ha vuelto mi mundo del revés nada más que una mirada.

Bueno esto empezó hace diez años, y no es fácil de explicar, una vez estuve enamorada de un chico, no muy simpático según la gente, más bien decían que era un chulo, no muy guapo para algunas, pero a mí eso me daba igual para mí era el chico más simpático, agradable, amable y guapo de todo el mundo, pero como siempre la historia no acabo bien, terminamos por no hablarnos, y si nos veíamos por la calle lo único k había era una mirada fría y distante y eso con suerte. Él se fue de aquí a estudiar fuera, yo seguí aquí estudiando y seguí con mi vida, hasta hoy…

El día que él se fue me entere por la gente, y mi corazón se quebró, lo pase fatal, pero con el tiempo conocí a una persona muy buena, que aunque no llenaba todo el vacío lo intentaba, y poco a poco fue ganándome, tanto que hasta hace poco seguíamos juntos.

Bueno lo que pasó antes de ayer fue, que fui a comprar unas cosas para los reyes, y justo cuando estaba saliendo de una tienda me lo encontré, a ese chico que seguía con aquella mirada, con aquella sonrisa suya, aquel que un día me había vuelto loca, pero por desgracia solo lo vi de pasada como en un sueño…

Ayer estuve hablando con viejos amigos suyos a ver si sabían algo, cualquier cosa, ninguno sabía nada, pero me acorde de que él siempre me dijo en dónde estaría si se iba de aquí y volvía. No lo dude ni un momento cogí el coche y me dirigí, a esa casa en el pueblo donde vivía antes. Cuando llegue no estaba muy segura de que hacer, pero conseguí el valor que me hizo falta y toque a la puerta, salió a abrir un señor mayor con canas que le costaba caminar, supuse que era el abuelo ya que desde que me vio se quedó muy sorprendido, y me recibió con un abrazo como lo solía hacer antes, en mis ojos aparecieron unas lágrimas de alegría, cuando terminamos de darnos el abrazo le pregunte por él, y me respondió que había salido a comprar que si quería que pasará y lo esperará dentro, que él volvería en 5 minutos más o menos, no muy convencida acepte me senté en el sillón, poco después de haberme sentado, abrieron la puerta, un millón de mariposas recorrieron mi barriga, y sin hacerse más de esperar él apareció, con esa mirada que te traspasa. Él se quedó quieto solo pestañeaba, se le veía en la cara que no esperaba verme y mucho menos allí. Después de volver a mí, me acerque a saludarlo sin saber muy bien que haría él, pero para mi sorpresa me devolvió el abrazo con tanta intensidad como el que le había dado yo.

Estuve hablando un rato con él y le dije de ir a cenar a algún lado, aceptó sin ningún reparo ahí me quede más sorprendida aún. Me fui a mi casa a prepararme estaba muy nerviosa no sabía qué hacer, ni que ponerme, no podía ni pensar con claridad. Pero conseguí serenarme me puse un vestido azul con unos adornos en negro y unos zapatos de tacón negros. Me dirigí al restaurante. En la entrada estaba el tan guapo como siempre, para mi sorpresa con una sonrisa en la cara.

Nos saludamos con dos buenos amigos, y nos dirigimos a la mesa. Hablamos de cómo nos había ido la vida y en que estábamos trabajando, pero no salió el tema del amor ya que supongo que en el fondo me molestaba saber con quién había estado, y supongo que a él también. Pero aun así salió el tema de nuestra pasada relación, estuvimos deduciendo porque había fallado, y llegue a la misma conclusión de la otra vez por su indecisión. Y al final de la cena me eche a llorar recordando todo lo pasado, en ese momento se acercó a mí, y me dio el abrazo más tierno que nadie me había dado, y decidimos volver a intentarlo. Y aunque sé que mucha gente no lo puede creer yo sé que no lo soñé.

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