Esto ocurrió el pasado sábado, un día como cualquier otro. Pedro, un chico normal y corriente salía con su perro a pasear, como lo hacía siempre. Iban caminando por el parque cuando de repente, vio muchos coches de policía. Entraron a una casa. Se oyeron disparos y a una mujer gritando. Después de cinco minutos, llegaron dos ambulancias y Pedro estaba muy intrigado haber lo que había sucedido allí. Salieron varios guardias con un hombre esposado y otros dos se llevaron a la mujer de aquel sitio.
Cuando Pedro miró a la ambulancia vio un cadáver en la camilla con una sábana blanca por encima. Se quedó muy sorprendido al ver que el cadáver tenía un tamaño muy pequeño para ser el de un adulto.
Pedro se acercó a algunos guardias que seguían delante del lugar de los hechos y les preguntó que había ocurrido. Ellos le dijeron que un padre en mal estado había asesinado a su hija. El niño muy sorprendido decidió marcharse de allí con su perro y contárselo a su madre.
Cuando llegó a la casa, llamó a su madre y le dijo lo que había pasado. Su madre no le contestó, ya que ha ella esas situaciones no le gustan.
Pedro se fue a su cuarto tranquilamente y se puso a ver la televisión. Cuando estaba pasando de canal, vio que en las noticias estaba saliendo lo que pasó en el parque. No le prestó mucha atención y cambió de canal. A los pocos minutos, lo llamó su amigo Joel para quedar un rato en el parque. Pedro le dijo que sí, se vistió y se fue. Llegó al parque y su amigo lo estaba esperando sentado en un banco. Se saludaron y estuvieron charlando un buen rato.
Se hacía la hora de la cena y la madre de Pedro lo estaba llamando por el teléfono. Él lo cogió y le dijo que ya iba para casa. Los dos amigos se despidieron. Pedro se fijó en la ventana de la casa donde había pasado todo el desastre y se dio cuenta de que dentro había alguien.
La puerta estaba precintada y no se podía pasar, así que el niño le dio una patada y la tiró abajo. Entró muy despacio y preguntando que si había alguien dentro.
Cuando de repente se oyó una voz de niña que le decía: Me asesinaron, Me asesinaron. Pedro se echó a correr hacia su casa. Su madre tenía que estar muy angustiada en ver que él no llegaba. Llegó a su casa, no le dio tiempo a que su madre le preguntara que donde estaba. Se fue al baño, se lavó la cara, se miró al espejo y se preguntó: ¿Lo soñé?
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