No lo soñé. Judith Moreno Moreno (Gran Canaria)

              Estoy segura que no lo soñé, aquel beso tuvo que ser real. Con cuanta dulzura me dio el maravilloso beso cual regalo de la vida. Ese chico que me lo robó, se llevó también mi corazón y me siento ahora dependiente de alguien. ¡Yo!, alguien tan independiente que ni el respirar es más importante. Pero es cierto amigos, creo que solo con un beso me he llegado a enamorar y lo peor es que no se si fue real o ficticio pero, tengo fe de que lo es. De que es mas real que el sol, que el mar, que la vida y el amor. Al chaval se le veía con aplomo, sexy, el pelo suave color caoba y ligeramente peinado a medio lado. Sus ojos eran de un negro penetrante y de largas pestañas. Su tez no era ni morena ni clara, un color intermedio casi ondeando la madera de pino. Pero lo importante no fue eso sino la sensación de flotar, y ¡no exagero! estaba flotando en el aire, me había cogido con suavidad con esos brazos tan fuertes y suaves al mismo tiempo. Antes de rozar mis labios fue lentamente recorriendo mi cuello como una hormiga buscando una salida, quizá la mejor y sin perderse. Siguiendo el ritmo de su corazón por fin llegó, me rozó la nariz y luego con mucho ímpetu rompiendo los esquemas me besó apasionadamente. Como es de esperar yo también lo hice pero no con tanto amor como él ,claro, él tenía las espectativas de mi beso en mente a diferencia de mí, ya me había imaginado ese beso en mas de un sueño. A pesar de ello dentro de mis pensamientos no estaba que tal galante caballero pudiera tener la valentía de hacer lo que él hizo. Cada vez estoy mas segura de que el amor existe. Estaba impresionada, mi piel se encontraba erizada y no sabia que pasaba, al menos no del todo, luego el extraño me volvió a dejar en la tierra pisando el suelo y noté que todo volvía a ser como hacía treinta segundos, sí que rápido pasó aquella magia inexplicable. Pero se fue y no lo volví a ver mas, me dejó indefensa ante el mundo, sin acordarme en qué dirección iba, si derecha o  izquierda, norte o sur. Aquel extraño era mi brújula y había desaparecido arrancándome el alma, y el realismo. Los sueños son para los novatos, por eso sé que yo esa sensación lo la soñé.