Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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¡BIENVENIDOS!

En la madrugada. Ylenia Moreno Suárez.

En la madrugada.

 

Todo parecía normal aquella noche oscura, aunque ciertamente no lo fuera.

Había salido con sus amigas y amigos a cenar, a dar una vuelta por las calles, como solía hacer cada viernes por la noche...

Pronto llegó la hora de volver a casa, era tarde y empezaba a dilubiar... era preciso andar rápidamente para no mojarse, para no llegar fuera de la hora prevista.

Se despidió de todos sus amigos con dos besos y un simple '' hasta luego ''... todos se ofrecieron a acompañarla, pero ella no los dejó, como ella todos tenían hora de llegada y no permitiría que sus amigos llegaran tarde a sus casas por acompañarla a ella.

Mejor los huviera dejado acompañarla aquella noche...

Como decía antes, dilubiaba... cada vez con más intensidad, y la pobre chica caminaba a paso agigantado para no empaparse... cada vez que veía un sitio donde aguareserse se detenía... pero no por mucho rato, ya que se hacía cada vez más tarde.

De donde estaba con sus amigos hasta su casa había bastante recorrido y como por casualidad aquella noche estaba desierta. Como casi todas las noches era necesario coger por algún que otro callejón, aunque a sus padres no les gustara mucho la idea.

Era preciso coger por allí si quería llegar a tiempo, las calles estaban completamente a oscuras, no había ni una farola encendida y cada vez que caminaba se sentía más insegura de lo que estaba haciendo.

Ya se encontraba a mitad del camino, cuando derepente... a cada paso que daba, sentía pasos a su alrededor, cerca.

El miedo y la prisa le impedían detenerse y mirar... sus pasos se aligeraban y con cierta dificultad, ya que llevaba altos tacones, intentaba apresurarse corriendo calle abajo.

Ella solo pensaba en estar en casa, en llegar... ya no le importaba la hora que fuera, porque ni siquiera se paró a mirar el reloj... lo único que hacía era correr y correr.

Llegó a la última esquina, debía girarla y seguir bajando unos metros más hasta llegar a su casa... decidió parar y en menos de un minuto quitarse los tacones y correr descalza.

Seguía sintiendo que la seguían.

Consiguió llegar hasta la esquina y doblarla y mientras lo hacía oía voces en la otra calle, voces de personas que corrían... voces conocidas.

Dobló la esquina y justo cuando la dobló encaró con todos sus amigos, todos reían al ver su cara, habían decidido bajar a acompañarla... sólo que ellos habían cogido por otro lugar.

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