¿Y si no es verdad?
Creemos que ellos no sienten ni padecen, que únicamente son animales y que sólo se guían por su instinto, pero ¿y si eso no es verdad?
Al igual que hay gente que piensan que las cosas que nos ocurren muchas de las veces son coincidencias, pero ¿por qué la gente no piensa que es el destino? ¿Por qué hay gente que el destino lo ve como algo subrreal? Nosotros no las vemos pero los hilos rojos del destino van tejiendose mediante caminamos y vivimos nuestras vidas.
Esto es lo que pasara hoy en una estación de autobús corriente, a un chico corriente que no cree en el destino y que por alguna razón sus hilos se están tejiendo allí.
Como cada mañana suena ese despertador ruidoso que despierta a Gael , y el cual termina siempre en el suelo tirado, despeinado y con cara de pocos amigos Gael se levanta y se dirige al baño cuando para frente al calendario y se da cuenta que es 1 de diciembre, su cumpleaños, con esa noticia alegró su cara ya que son 16. Se preparó para ir a clase y salir corriendo, porque siempre llega tarde a coger el autobús. Pero por alguna razón cuando llegó a la estación a su autobús le quedaba un minuto para pasar; llegado el autobús el día fue como siempre en el instituto.
La vuelta a casa va siempre acompañado de su amigo Riuk , un chico inglés muy listo que ha vivido toda su vida en Galicia y siempre ha estado con Gael desde pequeños, pero este se baja en una parada antes. En cuanto Riuk se baja del autobús Gael sabe que en la siguiente parada se tiene que bajar y no debe dormirse en ese transcurso de tiempo; sin quererlo empieza a dar cabezadas y llegando justo a su parada algo bajo su asiento le golpea haciendo que despierte, mira haber que es lo que le ha golpeado y es una caja roja en la cual algo en su interior se mueve; el timbre de la próxima parada suena, Gael coge la caja y sale corriendo del autobús.
De camino a casa Gael está nervioso quiere ver que hay en el interior de la caja pero no quiere abrirla en medio de la calle, asique una vez en casa y estando en ese cuarto tan desordenado llegó el momento de abrirla, para el asombro de Gael había un hermoso cachorro con un collar rojo y una placa en forma de estrella de nieve que ponía algo en inglés. Este al ver a Gael se lanzó a sus brazos, de repente se le ocurrió una idea: ir a ver a su amigo Riuk ya que no sabía que raza era y lo que ponía en su collar.
Una hora más tarde están en casa de Riuk, este sorprendido por el repentino aparecimiento de Gael le hace pasar, Gael le cuenta todo lo sucedido, Riuk coge al cachorro y lo mira fijamente pasado un minuto se da cuenta que es un cachorro de una raza únicamente de los altos Alpes, llamada "San Bernardo" son unos perros grandes y robustos. Gael le preguntó por lo que ponía en el collar, y cuyo significado de esa palabra era "Buddy" que en inglés significa "amigo".
Gael después de hablar con su amigo Riuk, regresó a su casa junto a su nuevo cachorro llamado Buddy, le colocó su nueva caseta en el jardín y empezaron a jugar hasta entrada la noche. Al día siguiente, Gael tenía que ir al instituto pero Buddy quería ir con él. Gael cerró la puerta del jardín para que no saliera, aunque eso no fue la mejor solución. En cuanto Gael salió hacia la parada de autobús Buddy se escapó, llegó a la parada y empezó a buscar a su amo. Gael lo vio y se quedó asombrado porque no sabía como se pudo escapar. Lo llevó a casa y ese día Gael tuvo que coger un taxi porque llegaba tarde a clase.
Cuando regresó del instituto en el autobús de siempre, Gael vio a Buddy sentado en el banco donde él esperaba todos los días; de nuevo el cachorro lo volvió a sorprender. Pero así sucedía todos los días. A las siete y media de la mañana cuando Gael iba a coger el autobús que Buddy lo acompañaba y cuando volvía a oír el claxon del autobús a las dos y media de la tarde Buddy iba corriendo hasta la parada y se sentaba en el banco de siempre esperando a su dueño.
Pero un día los médicos le descubrieron a Gael un tumor cerebral con tan solo 16 años, lo operaron y salió todo muy bien .Durante un año estuvo sometiéndose a quimio pero nunca solo, siempre con la compañía de sus padres y de Buddy, el cual creció y se hizo adulto. El perro se quedaba día y noche junto a Gael, no se separaba ni un solo instante. Pero los padres de Gael decidieron mudarse de casa he irse a una casa que estuviera más cerca del hospital, pero no se podían llevar al perro porque la casa era pequeña. Entonces los padres le regalaron el perro a Riuk el amigo de Gael.
Pasaron días, semanas y cada vez Gael empeoraba más, ya no podía comer ni moverse por sí mismo. Un día por la mañana, Gael se despertó y vio la misma imagen de cuando Buddy iba a buscarlo a la parada de autobús, gracias a Buddy le sacó su primera y última sonrisa. Cuando Gael empeoró tuvo que ser ingresado en el hospital, y su perro Buddy se escapó de la casa de Riuk para ir al hospital para estar junto a su amo, no volvió a separarse de la cama del niño. Los médicos avisaron a los padres de que a Gael no le quedaban muchos días de vida, Buddy cada vez estaba más triste, casi ni se movía, ni comía porque presentía lo que tarde o temprano iba a pasar.
Y un día llego la hora; a las cuatro de la mañana, Gael falleció. Aún así Buddy no se movía de la habitación donde antes Gael se encontraba hospitalizado. Los padres del chico se intentaron llevar de nuevo a la casa pero Buddy no se movía de la cama donde pasó un año junto a Gael.
Pasaron así horas, días, meses y hasta incluso años y Buddy seguía allí... Hasta cuando le llegó su hora, Buddy también falleció. Colgaron una fotografía en la habitación de Buddy y Gael unos días antes de fallecer. Los médicos al ver la historia tan bonita de amor, lealtad y fidelidad que le demostró su perro Buddy a Gael en todo momento decidieron ponerle nombre a esa habitación: ''Siempre junto a tí 601''.
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