Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

La mirada del pintor. Tomás Rosales A. Gran Canaria

Durante mucho tiempo vi como transcurría mi vida sin mucha emoción, todos los días parecían iguales y nunca me ocurría nada especial, era simplemente una rutina.

Todos los días me despertaba, me bañaba, seguidamente desayunaba, trabajo, almuerzo, vuelta al trabajo, cabalgaba a mi casa siempre viendo a la misma gente, sin ningún cambio.

Una tarde en la que todo transcurría normal, iba de vuelta a mi casa y de casualidad escucho un comentario de la que gente que había fuera. Decían que iba a estallar la guerra contra Los Ingleses.

Yo no le tome mucha importancia y seguí mi camino, avance unos 100 metros y me encontré con una mujer deslumbrante, no podía ser más guapa, era rubia, sus ojos eran hermosos, su piel no muy blanca era suave, era la mujer perfecta para mí. Sin titubear en ningún momento me baje de mi caballo y la seguí por detrás, ella sabía que la seguía, miraba y sonreía, cuando llegamos donde vivía, la alcance y hablamos. Desde ese día mi vida cambio radicalmente, ese tiempo fue uno de los mejores. Estuvimos un mes viéndonos, ya teníamos planes para casarnos, todo transcurría muy rápido y bien.

Un día Lunes todo iba bien, yo me iba al trabajo, al llegar ahí vi a soldados del ejército, estaban reclutando gente, bueno mejor dicho obligando a enlistarse porque Francia estaba en guerra y el país necesitaba el apoyo de su gente. A mí me enlistaron, cuando llegue a mi casa me esperaba Esmeralda (mi novia) ella ya lo sabía todo, estaba llorando desconsolada, temía no volver a verme jamás.

Al otro día yo tenía que irme. Me prepare, tome mi bolso y me fui a despedir. L a despedida fue terrible, pensé que nunca nos volveríamos a ver, decidimos que nos comunicaríamos a través de cartas.

Estando en la guerra aprendí a amar cada día como si fuera el último, no podías tener muchos amigos ya que pasaba un tiempo y los veías morir como si nada. Yo tenía un muy buen amigo llamado Carlos, me había salvado la vida en varias ocasiones y era muy buen soldado. Estando con el aprendí mucho y al cabo de un tiempo éramos los mejores.

Carlos fue uno de los que vivió más de mis amigos y murió por salvarme la vida. Yo había caído y un soldado Inglés intento apuñalarme, Carlos fue a ayudarme y lo mataron a él.

A esmeralda la seguía amando, ella era la única razón para mantenerme vivo.

Luego de mucho tiempo seguíamos en guerra, los dos ejércitos estaban agotados y ya no quedaban demasiados hombres.

Nosotros los franceses estábamos firmes, no teníamos pensado perder. Por esto un día en el que ya íbamos a comenzar la batalla, los dos ejércitos estaban frente a frente con las tropas listas para atacar, Los Ingleses se rinden ya que vieron que no tenían ninguna oportunidad de ganar. Ese mismo día partí de regreso a mi casa con mi mujer.

Ella todavía no sabía nada de que yo volvía. Cuando llegue ella me vio y corrió a mis brazos, lloro de felicidad, por fin juntos después de tantos años.

Nuestro amor seguía más vivo que nunca y jamás se apago. Paso un mes y nos casamos, un año más tarde llego nuestro primer hijo y así nuestras vidas siguieron llenas de felicidad hasta el día de hoy.



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