Hace mucho tiempo, en la época de la creación de los grandes imperios, existía uno de ellos que había conseguido derrotar a los demás obteniendo un gran poder y una gran extensión de territorio en tierra, pero lo que quería era conseguir llegar hasta el mar para dominar todas sus costas y para conseguirlo debía de tomar una ciudad que decían que era impenetrable.
El soberano del imperio aun así fue con su mayor tropa a conquistarla, algunos dicen que llevaba más de medio millón de hombres, otros que un millón. Todos creían que la ciudad sería conquistada rápidamente. Se equivocaron. Al llegar a la ciudad se encontraron con las murallas más grandes que habían visto, vieron grandes torreones, catapultas,…
La moral bajó, pero el caudillo dijo que lo conseguirían.
Pasaban los meses y no conseguían ni tomar las murallas, el ejército invasor perdía muchas provisiones y los muertos aumentaban, mientras que el ejército sitiado con mayor entrenamiento en formas de combate y con grandes reservas de provisiones estaba ganando esa guerra.
Al final tras un largo periodo de guerra el caudillo pidió la paz con la ciudad, se había dado cuenta de la ciudad era de verdad impenetrable. Acordó no atacar más esa ciudad y dejar a los habitantes tranquilos. Nunca conseguiría llegar hasta el mar
No hay comentarios:
Publicar un comentario