Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

lo vi en el metro. Oscar Mendoza Rodriquez. Gran Canaria

Un día yo y mi familia nos disponíamos a coger un tren hacia Madrid con el fin de ver a
unos familiares enfermos. Todos nos subimos al tren, yo me senté separados de mis
padre aunque a ellos no les pareciese bien.
Durante unos minutos todo transcurrió con total normalidad. Al cabo de 5 minutos el tren
hizo una parada y se subió un hombre muy misterioso.  Llevaba un sombrero negro, un
abrigo del mismo color que le llegaba a los tobillos. Bajo ese manto escondía una cara
y un cuerpo muy especial.
El señor extraño se sentó a mi lado bajo la cabeza y así se mantuvo durante todo el
trayecto. Yo sentía curiosidad al ver quien era aquella persona y le dije "hola" con el fin
de ver su rostro, pero no respondió. El hombre se bajo en una estación muy solitaria y
una vez allí desapareció.
Yo seguí el trayecto como si nada hubiera pasado. Una vez llegado a mi destino vi a
mis familiares, pasé el día con ellos y me fui devuelta a mi casa yo solo.
 Cuando pasé por la estación donde se había bajado anteriormente aquel hombre el
tren se detuvo y yo me quedé observando pero no vi a nadie subirse. Para mi asombro
cundo miré hacia una esquina del tren volví a ver al mismo señor sentado en ese sitio.
Yo ya estaba un poco asustado por lo que estaba pasando. Me dirigí al sitio y me
senté a su lado y empecé hablarle y le dije lo que me había pasado que me había
encontrado un poco intrigado por lo que había pasado en la estación. El hombre paso
de mi i se dio la vuelta. Yo me dirigí a mi sitio y una vez sentado vi que se acercaba a
mí.El señor del sombrero me miro muy seriamente aunque no pude ver el gesto de su
cara si no sólo el de sus ojos ya que llevaba un pañuelo que impedía ver poco más.
Una vez sentado a mi lado, me habló con una voz muy cálida y me dijo que no había
sido su intención que yo me sintiera incomodo.
Tuvimos una conversación muy amena pero se detuvo un momento y me dijo que me
iba a decir una cosa que no la sabía nadie pero  yo le parecía de confianza.  Me quedé
paralizado cundo me dijo el porque de vestirse así e ir tan tapado y sin hablar con
nadie.
Me citó un día en la misma parada donde el se había bajado y yo acepté encantado ya
que debería seguir hiendo a ver a mis familiares.
Al día siguiente me dispuse a ir a la parada y cuando baje del tren y el hombre me
cojeó por la mano y me llevó a un sitio al aire libre se quitó su chaqueta, su sombrero, y
el pañuelo que llevaba en la cara y se puso de cara al Sol. Todo su cuerpo empezó a
brillar como si fuera diamante y fue cundo me creí que aquel señor era de verdad un ser
extraordinario.
Yo mantuve su secreto guardado y no se lo dije a nadie como había acordado con
Ramos que era como se llamaba el señor extraño. A partir de allí el empezó a ser mas
confiado y el mismo se lo contó a muchas personas y así se convirtió en un ser muy
impresionante y aclamado.
Hoy en día me sigue dando las gracias y diciéndome que aquel día que lo vi en el
metro fue el comienzo de su vida real y gracias a mí perdió el miedo a todo y yo le digo
que el día que lo vi a el empecé a creer que existían cosas impensables en la vida y mi
vida dio un giro radical.

 

 

 

 

 

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