Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Lo vi en el metro. Haydee Fuertes. Gran Canaria

Miguel era una persona muy despreocupada que no le importaba mucho lo que sucedía a su alrededor, hasta que una día después de lo que le sucedió cambio su manera de pensar y de ver las cosas.

Era lunes, comenzaba la rutina de ir al trabajo y Miguel como siempre se dispuso a ir al

Metro donde era habitual que el fuera de Lunes a Viernes.Una vez allí se dispuso a subir al tren y vio que a la entrada todo el mundo estaba apelotonado y observaron algo. El fue a ver que era lo que pasaba y al llegar al lugar vio un muchacho en silla de rueda y otros vestidos con capuchas a su alrededor riéndose y empujando al joven. Miguel se dirigió muy decidido a donde estaba ocurriendo eso y les empezó a gritar diciendo que por favor dejaran de hacerlo que Roberto (el muchacho de la silla de ruedas) se encontraba indefenso. Los demás jóvenes hicieron caso miso a lo que se le dijo y siguieron como si nada. El hombre muy enfadado al ver que no el hacían caso soltó un pequeño maletín que llevaba y empezó a empujar a los jóvenes hacia fuera del tren hasta que vino la policía y se los llevo arrestados.

Roberto a pesar de que estaba lleno de moretones y heridas superficiales fue en busca de Miguel y muy agradecido no sabia que hacer para agradecerle aquel hombre lo que había hecho por el.

Cuando llego a donde estaba Miguel le dijo que por favor aceptara ir con el a tomarse un café charlar, ya que no sabia como agradecérselo todo. Miguel le dijo que no hacía falta que el solo había hecho lo correcto y lo que le hubiera gustado si el también hubiese estado en esa situación.

Después de que tuvieran una conversación muy amena los dos se despidieron y no se dijeron adiós sino hasta mañana.

Todos los días seguían coincidiendo en el mismo sitio y Roberto seguían sin saber como agradecerle todo.

Un día Miguel llegó muy triste a coger el metro y Roberto al verle así le preguntó que le ocurría. Miguel antes de pronunciar palabra se derrumbó y se puso a llorar sin más. Los dos hombres se pusieron hablar y Miguel contó lo que le ocurría y Roberto lo ayudo en todo hasta ver como empezaban a sonreír de nuevo su amigo.

El día concluyó y se dirigieron casa uno a su casa pero para Miguel aquel día le había marcado mucho ya que aquel hombre que un día había ayudado a salir de una situación comprometedora, hoy lo había comprendido como ningún otro amigo y así se convirtieron en mejores amigos por el momento.

Miguel llego a su casa muy alegre y le contó a su mujer lo sucedido y a continuación le dijo una frase: - "Lo vi en el metro aquel día y poco a poco se fue convirtiendo en un amigo muy especial."

Desde ese momento siempre ayuda a los de su alrededor y cuida a su amigo Roberto de todo lo que le pueda pasar.

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