Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

La vi en el metro. Patricia Tacoronte. Gran Canaria

      Me llamo Marta y tengo diecinueve años. Mi infancia fue muy dura, pues crecí sin el cariño de una madre. Con tan sólo dos años de edad, mi padre me sacó del país hacia Venezuela, huyendo de todos los problemas y separándome de mi madre. Por lo que hoy sé, tenían problemas matrimoniales y mi padre abusaba de mi madre. Me hicieron creer que mi madre había muerto al yo nacer, y ahora vivía con la novia de mi padre y mis hermanastros. Mi vida cambió tras la muerte de mi padre, cuando yo tenía quince años…

     Me había dejado una carta que me entregó su novia, en la cual decía todas las verdades sobre mi vida. En esas letras averigüé que antiguamente vivíamos en Barcelona. Me explicó que mi madre seguía vida, y que él me sacó del país para dejar sus problemas atrás. Que por lo que sabía de ella, había recorrido mar y tierra para encontrarme. Me facilitó datos sobre ella, para poder encontrarla, y me escribió muchas otras cosas que me chocaron mucho, no entendía nada y me encantaría que él estuviese vivo para pedirle explicaciones, no entendía que le pasó por la cabeza en ese momento…

     La novia de mi padre me ayudó mucho a reencontrarme con mi madre, pues mi padre también abusaba de ella y ella por miedo no hizo nada. Estaba deseando tener dieciocho años para poder trasladarme a España en busca de mi madre, y lo único que sabía de ella era que vivía en Sant Adrià de Besòs en Barcelona.

     Cuando cumplí dieciocho años, saqué un pasaje con destino a Barcelona, me dirigí a la estación de metro para ir a la ciudad donde vivía mi madre. En la estación se sentó a mi lado una señora con una mirada muy triste, mal vestida y muy envejecida. Me llamó mucho la atención, pues nuestras miradas de cruzaron y sentí una sensación que nunca había sentido, me resultó conocida. Entablamos una pequeña conversación hasta que nuestro metro llegó a la parada. Nos sentamos juntas y de casualidad nos dirigíamos a la misma ciudad.

     Yo veía que era una persona que había sufrido mucho y por eso le pregunté sobre su vida. Empezó a contarme sus vivencias, y me dí cuenta que esa señora tenía que ver mucho con mi pasado, le pregunté su nombre y sospeché que podía ser mi madre. No sabía como decírselo, pues, tampoco sabía si ella creía que yo seguía viva. Me preguntó sobre mi vida y yo empecé a contarle. Nos miramos, nuestros ojos se rayaron de lágrimas y nos dimos un abrazo. Actualmente vivo con ella después  de haberle escrito una carta a mi madrastra, contándole que la había visto en el metro y dándole las gracias por todo. He recuperado todo el tiempo perdido junto a mi madre.

 



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