Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

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En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



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¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Una historia temblorosa.Alba María Del Pino Martín.GRAN CANARIA.

Las dos amigas habían quedado, para dar el paseo de la tarde, al salir de la escuela, como de costumbre.

Ana y María recorrían el camino, que les llevaba desde el pueblo, hasta el pequeño arroyo, que tanto les gustaba visitar, era para ellas algo que admiraban, ver como fluía el agua del arroyo, las flores que se críaban a su paso y el pequeño puente de madera que lo atravesaba para pasar al otro lado, esa tarde no era como las demás, hacía mucho frío y llovía a cántaros, entonces las dos amigas decidieron refugiarse en la vieja casa abandonada al otro lado de fuego, para matar un poco, el frío que las embargaba, de repente se oyen unos ruidos muy extraños fuera de la casa Ana y María sobrecogidas de miedo se abrazaron, empezaba a anochecer y el miedo les podía aún más, la lluvia arreciaba con fuerza y empezó a soplar un viento fuerte que les asustaba aún más cada vez eran más misteriosos e intensos los ruidos en el exterior de la casa, no eran capaces de articular palabra, la expresión de sus ojos les delataba y el pánico se apoderaba de ellas, sin poderlo evitar, ya bien entrada la noche, las amigas se preguntaban, si podrían o nó regresar al pueblo, de pronto unos golpes ensordecedores contra la puerta las sobresaltó de nuevo, era tanto el miedo que sentían que las lágrimas rodaban por sus mejillas sin que ninguna de las dos, déjara escapar un gemido, pensaban en sus padres, sus hermanos, los compañeros de la escuela, su vida entera pasó por sus mentes en cuestión de segundos, como si se tratáse del último día de sus vidas, vencidas ya por el cansancio, las dos amigas se dejaron ganar por el sueño, abrazada una con la otra, en el suelo de la vieja casa, allí les dió el primer rayo de sol de la mañana, ya no llovía y hasta el viento había dejado de soplar, se miraron una a la otra y en voz baja se dijeron, ya no llueve pero ninguna se atrevía a salir de la casa, Ana un poco envalentonada dió el primer paso y dirigió sus pies hasta la puerta, cuando quiso abrir la puerta se dió cuenta de que habían caído unos matorrales contra ella quizás por el viento, empujó con todas sus fuerzas hasta que consiguió abrirla y salir de la casa estando ya fuera miró a su alrededor, la noche de fuerte lluvía y viento había hecho muchos desperfectos alrededor del arroyo, María, viendo que Ana estaba fuera también decidió salir de la casa y saber así que sucedió en la noche, pero lo que no entendía eran los ruidos producidos esa noche, fue solo al ver unas pequeñas huellas de animal, cuándo descubrió un pequeño perrito helado de frío y tembloroso con ojos llenos también de miedo, Ana le cogió en sus brazos y le arropó con mucho cariño, era ese el cansante de los miedos pasados la noche anterior, él solo quería refugiarse de la lluvia y el viento en la vieja casa del arroyo.



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