Paseo por Estambul, Fernando Bañolas

PASEO POR ESTAMBUL.

Era un día lluvioso, las calles vestían de gris, el agua corría calle abajo desbordando alcantarillas. Un chico llamado Samuel, adolescente de entre 14 o 16 años, paseaba por las calles de Estambul. Iba acompañado por una bella muchacha llamada Marta, la muchacha que vestía un bonito traje ligeramente azul cielo, era su prima. Las calles de un estilo gótico, estaban más apagadas que nunca. Debido a la antiguedad de las estrechas callejuelas, a su paso por allí un pedazo de acera se desprendió. Dejándoles caer por una especie de pasadizo. Al final del pasadizo, llegaron a lo que parecía una especie de laboratorio abandonado, aunque aún quedaban restos de cadáveres en descomposición. Era un antiguo refugio militar, lo dedujo debido a que en una de las puertas estaba escrito: "Fuerzas Especiales del Ejército Turco". Samuel y Marta, invadidos por la curiosidad, decidieron entrar a indagar. Nada más entrar, encontraron una figura ancha, alta y robusta, que al notar su presencia se dio la vuelta rápidamente. Samuel notó al instante que intentaba expresarse, pero no podía descifrar aquella voz ronca y metálica. En su rostro se notaba dolor y sufrimiento. Giró una rueda qua había en su pecho y le cambio la voz. Se sentó, Samuel y Marta estaban atemorizados. La extraña criatura con un ligero parentesco a humano, empezó a contar una historia. Les contó que había pertenecido durante años a una serie de experimentos que poco a poco lo transformaron en la criatura que era ahora. De repente dos guardias robóticos entraron en la sala. Rápidamente Samuel y Marta se escondieron. La extraña figura que habíamos conocido, se levantó sobresaltado. Después de años buscándolo lo habían encontrado. Rápidamente huyó por pasadizos llenos de personas muertas iguales a las que habían entrado. Entonces comprendieron que era un asesino. Samuel y Marta, desesperados fueron a buscar el sitio por donde habían caído. Lo encontraron y pudieron escapar.