En la latería de Santiago, vivían 500 latitas, todas ellas muy bonitas. Una lata de éstas tenía mucho frío y no sabía como calentarse. L a lata más anciana le dijo que se calentara con fuego, pero que tuviera mucho cuidado con caerse porque las consecuencias serían desastrosas.
La lata fue a donde había fuego, pero no fue sola, se marchó con más latas de su edad. Al llegar al lugar, todas se acercaron cautelosas por miedo al fuego, que era algo nuevo para ellas. Luego de unos minutos todavía no se calentaban, entonces se les ocurrió bailar alrededor de las llamas para calentarse mas rápido. De pronto en un abrir y cerrar de ojos una de las latas cae al fuego. Las demás, asustadas, fueron a socorrerla, pero al intentarlo cayeron casi todas. Solo quedó una, llamada Lato, que fue la que le pregunto al anciano como calentarse.
De tal magnitud fue la culpa de Lato, que estuvo sin hablar con nadie durante mucho tiempo, hasta que un día, sin previo aviso, apareció muerto.
Desde ese momento las latas solo están en el frío por miedo al calor del fuego. Lato siempre fue recordado hasta nuestros días, le tienen un monumento en la Latería para recordarlo siempre.
¡Windows Phone ya está aquí! Mucho más que un teléfono. ¡Hazte con uno!
Ñooos tío.... que buena!
ResponderEliminar