Lectores y escritores

En este apartado el protagonista es el lector y sus creaciones, EL LECTOR ESCRITOR, en su sentido más amplio; es decir, no sólo el lector de mis libros sino todo aquel que quiera enriquecer este rincón literario con sus textos. Envíalos a la dirección:

miguelangelguelmi.escribe.narramos14@blogger.com



En el "asunto" de tu correo escribe el título de tu composición, tu nombre y, si lo deseas, tu lugar de residencia. Ejemplo:





La luz en la niebla. Pedro Márquez. Gran Canaria.



Por último, escribe o pega el texto en el cuerpo del mensaje.



¡Y RECUERDA! Cuida la ortografía y los signos de puntuación.



¡BIENVENIDOS!

Archivo "La Lata KAS" . Akaymo Oliva Azor. Gran Canaria.

Una noche de invierno, el frío asolaba a Alonso Quevedo a la salida del agotador trabajo en la casa de coches que le sustentaba. Como de costumbre después de un día repleto de automóviles, Alonso daba un paseo por la Avenida Marítima de Las Palmas rumbo a su casa.

Al llegar a su portal y entrar en el jardín de esa casa tan grande, lujosa y espectacular que su difunto padre le había dejado en su fallecimiento, al final de la calle oyó una lata siendo pateada por unas zapatillas negras, a esas horas era raro ver a alguien en la calle, mucho mas si se trata de un lunes. El individuo no parecía de fiar, vagando con una capucha negra, dando impresión de no estar ni siquiera en este mundo. Alonso, que no solo era rico, también de pequeño le enseñaron a ser caballeroso, haciendo acto de ello preguntó al individuo si le ocurría algo.

El individuo, casi sin levantar la cabeza, sacó la mano del bolsillo y… un sonoro disparo de pólvora y plomo impacto contra el tórax de Alonso Quevedo que perdía la vida junto al sonido que producía el instrumento con el que se le disparó.

Doce horas mas tarde, Maximus Nobile, mayordomo de origen ítaloamericano, llegaba a casa de Alonso Quevedo a la vuelta rutinaria de la limpieza de casas ajenas, encontró el cuerpo de su jefe en el suelo desnudo, con unas raras letras en el pecho y en su mano una lata.

Los policías estudiaron el caso durante dieciséis meses y ocho días, al no encontrar siquiera un sospechoso el caso quedo archivado como "La Lata KAS"

 



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